martes, 18 de diciembre de 2012

¡Qué fácil nos resulta hablar de la vida de los demás! ¡Qué poco nos paramos a pensar si aquello que decimos hace daño, directa o indirectamente a los otros!
¿Será que nosotros hacemos todo bien y por eso nos sentimos con el poder de comentar o criticar aquello que otros hacen?
La vida ejemplar no existe. Todos intentamos hacer las cosas lo mejor que sabemos y podemos. 
Cuando nuestra mirada no es limpia no vemos más allá de lo puramente externo, filtramos los comportamientos de los otros en función de nuestra formación, cultura, intereses y gustos.
¡Cuantas veces un mismo hecho realizado por dos personas diferentes lo disculpamos en una y lo criticamos en otra!... Eso sucede porque no es el hecho en sí lo que nos parece bien o mal sino la relación que tenemos con las personas lo que nos hace perdonar o no.
Jesús sí tuvo una vida ejemplar y... predicó con la vida, con el testimonio, con los hechos... Perdonó a quienes lo crucificaban, se acercó a aquellos que desconfiaban de él y entregó su vida para "darnos vida".
La vida de Jesús sí fue un ejemplo y... a pesar de ello... no criticó.

Encar_AM

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